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1-Soltar los frenos Soltamos los frenos liberando el codo que une las dos levas y engrasamos con un poco de grasa toda la zona para que funcione más suave. Fíjate en la posición de las levas. Lo ideal es que estén paralelas y formando un ángulo de 90º con el cable que las une. Herramienta: Necesitas una llave allen de 5mm. para el prisionero y las zapatas y una de 2, 2,5 o destornillador de estrella para los tornillos que regulan el muelle.
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2-Fíjate en la arandelas y su posición Identifica cada una de las arandelas. Cada zapata tiene dos arandelas convexas iguales y dos cóncavas de distinto grosor que encajan en las anteriores. Ponemos una pareja en cada lado del soporte de freno, eligiendo las que permitan dejar la zapata más cerca de la llanta. Fíjate en el orden que has desmontado las viejas, ya que posiblemente deberás colocar las arandelas en las mismas posiciones. |
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3-Coloca la zapata Soltamos el freno y los muelles de las levas. Apretamos la zapata contra la llanta, empujando el puente, a la vez que la colocamos centrada sobre la pista de frenado. Debe apoyar toda la superficie de la zapata a la vez. Tras fijar las zapatas comprobamos que han quedado bien colocadas, que "pisan" bien y que no rozan en la cubierta. Colocamos el muelle de la leva en su sitio y repetimos con otra zapata. |
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4-Igualar la separación Frenamos unas cuantas veces para ver si los puentes se mueven a la vez y quedan a la misma distancia de la llanta. Para regularlo tensamos o destensamos del tornillo de la leva. La leva no retrocede: Apretamos el tornillo para darle mas tensión. Si preferimos un tacto mas suave, aflojamos el de la leva contraria. Es muy recomendable desmontar la leva del asiento y lubricar con grasa el soporte sobre el cual se sujeta. Para ello solo hay que quitar el tornillo y tirar hacia el exterior del todo el conjunto. |